domingo, 20 de septiembre de 2009

Capitulo 4 parte 2

. Golpeé la espalda musculosa que tenía delante de mi con un dedo tímido.
-Perdona-le dije-¿Qué hay que hacer?-el chico de delante se volvió. Era el español que me había ayudado el primer día.¿Cómo se llamaba?...Daba igual.
-Hola de nuevo-me dijo. Probablemente ya me habria saludado antes y yo no me habria enterado-¿No te has enterado?
-Eh...no... es que...tengo otras cosas en la cabeza-intenté excusarme porque su tono sonaba un poco impersonal, como si estuviera molesto o preocupado.
-Dos largos a braza, dos a espalda y dos a croll hasta aquella linea- me respondió señalándola- Y luego subes aquí otra vez, te tiras desde el trampolín intentando llegar lo más profundo que puedas-se dio la vuelta nada más terminar y se puso a observar fijamente a la gente que se tiraba desde el trampolín que tardaban bastante en salir. De pronto me dio un escalofrío. Volví a darle al español en la espalda tímidamente y luego un poco más insistentemente al ver que no se volvía. Cuando lo hizo tenía cara de mal humor.
-¿Qué?-me espetó y yo ignoré su tono y le contesté tranquilamente-¿A cuantos metros está el fondo desde el trampolín?
-No sé...-se quedó pensando. Se volvió de nuevo hacia el trampolín desde donde seguía tirándose la gente. Pensé que me había ignorado de nuevo y ya había levantado el dedo para volver a llamarle cuando se volvió hacia mi de nuevo. Sonrió un poco al ver mi dedo levantado, que me apresuré a bajar, pero su expresión neutra volvió a aparecer al instante- A unos cinco o seis metros ¿Por qué?-no le contesté a su pregunta directamente sino que le hice otra:
-¿Nunca ha pasado nada?¿Ningún accidente?-intenté explicarme para que no pensara que le tenía miedo a las profundidades-Quiero decir...allí abajo habrá plantas y eso ¿Nunca nadie se ha quedado enredado y no ha podido salir o ha llegado al fondo y no le quedaba aire? Está muy profundo...-la cara del español cambió radicalmente por un fugaz segundo a una expresión de sorpresa pero cuando me contestó que para eso estaban los socorristas y se volvió, cualquier rastro de emoción que hubiera podido expresar se había desvanecido. Las pocas personas que quedaban delante de mi fueron haciendo la prueba rápidamente y por fin llegó el turno del español. Justo antes de tirarse para nadar, se volvió hacia mi. En el momento en el que nuestros ojos se cruzaron, me dio un calambrazo en el cerebro y recordé su nombre. Sergio, se llamaba Sergio.
-No te preocupes por el fondo-me dirigió una sonrisa burlona-no llegarías ni aunque quisieras.-y se tiró con elegancia.
¿Pero quién se creía que era?¿Por qué no iba a poder llegar yo hasta el fondo?¿Por ser mujer? Pues se iba a enterar. La monitora me dijo que me preparara. Instintivamente miré a mi alrededor. Vi a Rebecca mirándome con una mueca de superioridad y también vi a Jason y a Max que me miraban extrañados. Les había echo daño ¿Quién se creía Rebecca para importunarme? En el mismo momento en el que me tiraba al agua me hice una promesa a mi misma. Iba a llegar al fondo del lago desde el trampolín para demostrar a todos que ella no era la novata estupida que todos creían, para desmostrarle a Rebecca que ella no era nadie, ni tampoco el español, para decirme que tenía que hacer, que era independiente y libre de ser quien yo quisiera y de hacer lo que yo quisiera. Hice los largos bien, con la determinación de quien tiene una misión que cumplir, apenas percibiendo lo que hacía. Me coloqué delante del trampolín, concentrándome todo lo que pude en el agua oscura que se extendía debajo de mi. Me preparé para saltar, tensando todos mis músculos. Pero, justo en el momento en el que mis gemelos estaban impulsandose hacia arriba oi una carcajada, una carcajada cruel y vengativa :Rebecca. Aquello me desconcertó y resbalé aunque casi no se notó porque estaba ya saltando. Sin embargo yo me vi caer al agua pesadamente y hundirme lentamente, casi sin gravedad, aguantando la respiración. Cuando tuve consciencia de que me habia resbalado empecé a patalear para intentar llegar a mi meta, el fondo, notando como la luz y mi oxigeno iban disminuyendo a la par y como la presión me producía un intenso pitido en mis oidos. Con la firme resolución de llegar al fondo empecé a marearme por la falta de aire, dejé de patalear para no necesitar más oxigeno y me hundí pesadamente recorriendo el tramo que me quedaba hasta el suelo de piedra y barro del fondo que casualmente no tenía muchas plantas.
Después todo sucedió muy deprisa. Terminé de acomodarme en el barro como en un sueño y justo en el momento en el que tocaba “tierra”, mi pie rozó algo tremendamente frío. De pronto, una especie de fogonazo, como un flash pero con más intensidad me cegó y dejé escapar mi última bocanada de aire inconscientemente, dejandome flotar, perdiendo el conocimiento y hundiendome en la oscuridad…. Golpeé la espalda musculosa que tenía delante de mi con un dedo tímido.
-Perdona-le dije-¿Qué hay que hacer?-el chico de delante se volvió. Era el español que me había ayudado el primer día.¿Cómo se llamaba?...Daba igual.
-Hola de nuevo-me dijo. Probablemente ya me habria saludado antes y yo no me habria enterado-¿No te has enterado?
-Eh...no... es que...tengo otras cosas en la cabeza-intenté excusarme porque su tono sonaba un poco impersonal, como si estuviera molesto o preocupado.
-Dos largos a braza, dos a espalda y dos a croll hasta aquella linea- me respondió señalándola- Y luego subes aquí otra vez, te tiras desde el trampolín intentando llegar lo más profundo que puedas-se dio la vuelta nada más terminar y se puso a observar fijamente a la gente que se tiraba desde el trampolín que tardaban bastante en salir. De pronto me dio un escalofrío. Volví a darle al español en la espalda tímidamente y luego un poco más insistentemente al ver que no se volvía. Cuando lo hizo tenía cara de mal humor.
-¿Qué?-me espetó y yo ignoré su tono y le contesté tranquilamente-¿A cuantos metros está el fondo desde el trampolín?
-No sé...-se quedó pensando. Se volvió de nuevo hacia el trampolín desde donde seguía tirándose la gente. Pensé que me había ignorado de nuevo y ya había levantado el dedo para volver a llamarle cuando se volvió hacia mi de nuevo. Sonrió un poco al ver mi dedo levantado, que me apresuré a bajar, pero su expresión neutra volvió a aparecer al instante- A unos cinco o seis metros ¿Por qué?-no le contesté a su pregunta directamente sino que le hice otra:
-¿Nunca ha pasado nada?¿Ningún accidente?-intenté explicarme para que no pensara que le tenía miedo a las profundidades-Quiero decir...allí abajo habrá plantas y eso ¿Nunca nadie se ha quedado enredado y no ha podido salir o ha llegado al fondo y no le quedaba aire? Está muy profundo...-la cara del español cambió radicalmente por un fugaz segundo a una expresión de sorpresa pero cuando me contestó que para eso estaban los socorristas y se volvió, cualquier rastro de emoción que hubiera podido expresar se había desvanecido. Las pocas personas que quedaban delante de mi fueron haciendo la prueba rápidamente y por fin llegó el turno del español. Justo antes de tirarse para nadar, se volvió hacia mi. En el momento en el que nuestros ojos se cruzaron, me dio un calambrazo en el cerebro y recordé su nombre. Sergio, se llamaba Sergio.
-No te preocupes por el fondo-me dirigió una sonrisa burlona-no llegarías ni aunque quisieras.-y se tiró con elegancia.
¿Pero quién se creía que era?¿Por qué no iba a poder llegar yo hasta el fondo?¿Por ser mujer? Pues se iba a enterar. La monitora me dijo que me preparara. Instintivamente miré a mi alrededor. Vi a Rebecca mirándome con una mueca de superioridad y también vi a Jason y a Max que me miraban extrañados. Les había echo daño ¿Quién se creía Rebecca para importunarme? En el mismo momento en el que me tiraba al agua me hice una promesa a mi misma. Iba a llegar al fondo del lago desde el trampolín para demostrar a todos que ella no era la novata estupida que todos creían, para desmostrarle a Rebecca que ella no era nadie, ni tampoco el español, para decirme que tenía que hacer, que era independiente y libre de ser quien yo quisiera y de hacer lo que yo quisiera. Hice los largos bien, con la determinación de quien tiene una misión que cumplir, apenas percibiendo lo que hacía. Me coloqué delante del trampolín, concentrándome todo lo que pude en el agua oscura que se extendía debajo de mi. Me preparé para saltar, tensando todos mis músculos. Pero, justo en el momento en el que mis gemelos estaban impulsandose hacia arriba oi una carcajada, una carcajada cruel y vengativa :Rebecca. Aquello me desconcertó y resbalé aunque casi no se notó porque estaba ya saltando. Sin embargo yo me vi caer al agua pesadamente y hundirme lentamente, casi sin gravedad, aguantando la respiración. Cuando tuve consciencia de que me habia resbalado empecé a patalear para intentar llegar a mi meta, el fondo, notando como la luz y mi oxigeno iban disminuyendo a la par y como la presión me producía un intenso pitido en mis oidos. Con la firme resolución de llegar al fondo empecé a marearme por la falta de aire, dejé de patalear para no necesitar más oxigeno y me hundí pesadamente recorriendo el tramo que me quedaba hasta el suelo de piedra y barro del fondo que casualmente no tenía muchas plantas.
Después todo sucedió muy deprisa. Terminé de acomodarme en el barro como en un sueño y justo en el momento en el que tocaba “tierra”, mi pie rozó algo tremendamente frío. De pronto, una especie de fogonazo, como un flash pero con más intensidad me cegó y dejé escapar mi última bocanada de aire inconscientemente, dejandome flotar, perdiendo el conocimiento y hundiendome en la oscuridad…

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