martes, 15 de septiembre de 2009

Capitulo 1 parte 2

Mis amigas no eran en realidad mis confidentes ni las quería los suficientes como para contar con ellas en cualquier momento,realmente no me hacian falta . Sí, de vez en cuando me hacían compañía pero no las necesitaba como algunas compañeras de mi clase que necesitaban a sus amigas hasta para ir al baño. no sentía ningún verdadero amor por nadie y lo más parecido al cariño que se sentía era el aprecio que les tenia a mis padres. nada me retenía aquí excepto el paisaje y el mar, al que adoraba.
Empecé a comer mi beagle despacio. Sabia que mi madre lo había hecho a propósito para que les perdonara o al menos para no estar un mes sin verme y saber que estaba enfadada pero me quedaban por delante 10 horas de viaje y no pensaba morirme de hambre. Mientras comía mi madre me miraba con tristeza. De vez en cuando abría la boca como si fuera decir algo y después la cerraba. Al fin rompió el silencio:
-Elena, sabes que es por tu bien-dijo solamente. Me contuve para no responder. Habíamos tenido esta conversación miles de veces. que si era por mi bien, que si me iba a ayudar a hacer amigos, que si iba aprender mucho, bla bla bla. ¿ y qué?
-Elena por favor dí algo-me rogó mi madre
-¿ y que quieres que te diga?- intenta responder en un tono tranquilo-¿ que estoy encantada de ir?¿ quieres que te mienta a la cara?
- no , pero...-

-¿ pero que? entonces no puedo decirte nada porque no sería verdad- la calma que intentaba aparentar se había esfumado - estoy harta de que tomen decisiones que me conciernen sin preguntarme ni siquiera mi opinión. tengo dieciseis años ya es hora que conteis un poco conmigo sobre todo lo que se refiere a mi vida.
La verdad es que un día me dijeron que iba a ir a un campamento pero no me preguntaron ni nada simplemente me lo afirmaron. A partir de ahí nada hizo cambiar su opinión y al final acabé por resignarme. aún así no había dejado de luchar ni siquiera ahora que quedaba apenas 2 horas para irme.
-¡ Elena Mary Garywell! ¿cómo te atreves a hablarme en ese tono? tienes que aceptas las decisiones de tu padre y mías aunque no te guste el.¡ aún ni siquiera eres mayor de edad!.
ahora venía lo de las excusas para poder mandar sobre mi. me tragué lo que quedaba del desayuno y subí habitación dándole la espalda a mi madre, que seguía diciéndome que volviera. Por la escalera me crucé con mi padre que al verme con expresión malhumorada tan sólo me dijo buenos días. Al llegar a mi habitación cerré de un portazo. Terminé de meter las últimas cosas que me faltaban en la maleta maldiciendo entre dientes. También me tomé la libertad de meter algunas cosas que en teoría no debería llevar a un campamento como por ejemplo un móvil, un dvd portátil ,algunas películas y algunas gominolas un poco como venganza por obligarme a ir. Me senté en la cama mirando hacia el frente, hacia un cartel pequeño que tenía colgado en la pared en el que estaba escrito mi nombre y su historia. Ese cartel no le había regalado mi padre cuando tenía cinco años y lo había escrito el de su puño y letra ya que era periodista y le gustaba escribir. Mi nombre completo es Elena Mary Garywell. Me llamo asi por varias razones: mi padre es español y al nacer yo quería llamarme Elena pero mi madre, que es cubana también quería ponerme en nombre de su familia, Mary, así que al final me pusieron los dos. Sin embargo mi apellido es inglés debido a que mis padres decidieron ponerme primero el apellido de mi madre y después el de mi padre como compensación de que mi primer nombre fuera el elegido por mi padre y el segundo el elegido por mi madre. En mi casa se habla casi todo el rato castellano por lo que soy bilingüe ya que hablo perfectamente también en inglés. Mis padres decidieron venirse a Baltimore después de vivir 4 años en España y 2 en Cuba. Eligieron precisamente este sitio porque mis abuelos maternos viven aquí aunque la verdad es que la familia de mi madre esta esparcida por todo EEUU y Cuba.
-¿ Elena?- llamo mi padre con suavidad a la puerta- es hora de irnos.
Terminé de cerrar la maleta y cogí mi equipaje de mano, un pequeño bolso. Mi padre me ayudó a bajar la maleta por las escaleras y le ayudé a ponerla en el maletero. Mi madre salió despedirme y después de decir las típicas frases de despedida( portate bien, pasatelo bien, ten cuidado...) ,a las que respondí con una mirada de completa indiferencia, nos montamos en el coche y mi padre es condujo hasta la estación de autobuses. Yo tenía que coger un autobús a las once y llegábamos con un margen de tiempo muy justo. Cuando llegamos al anden de mi autobús, me llevé una decepción. Creía que iban a estar allí Michelle y Claire ya que le había dicho que me iba. Sin embargo me recompuse rápidamente y , tras despedirme de mi padre, me apresuré a colocar la maleta en el maletero del autobús y elegir un buen sitio junto a la ventana. No es que hubiera pocos sitios. el autobús estaba prácticamente vacío con excepción de unos diez pasajeros entre los que no se encontraba ningún joven que pareciera ir un campamento por lo que supuse que todos los pasajeros se bajarían en las distintas paradas que íbamos a hacer. Cuando el autobús arrancó, me despedí de mi padre agitando la mano y mi arellané en mi incómodo asiento para pasar el viaje lo más confortablemente que pudiera.

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