domingo, 20 de septiembre de 2009

Capitulo 4 parte 2

. Golpeé la espalda musculosa que tenía delante de mi con un dedo tímido.
-Perdona-le dije-¿Qué hay que hacer?-el chico de delante se volvió. Era el español que me había ayudado el primer día.¿Cómo se llamaba?...Daba igual.
-Hola de nuevo-me dijo. Probablemente ya me habria saludado antes y yo no me habria enterado-¿No te has enterado?
-Eh...no... es que...tengo otras cosas en la cabeza-intenté excusarme porque su tono sonaba un poco impersonal, como si estuviera molesto o preocupado.
-Dos largos a braza, dos a espalda y dos a croll hasta aquella linea- me respondió señalándola- Y luego subes aquí otra vez, te tiras desde el trampolín intentando llegar lo más profundo que puedas-se dio la vuelta nada más terminar y se puso a observar fijamente a la gente que se tiraba desde el trampolín que tardaban bastante en salir. De pronto me dio un escalofrío. Volví a darle al español en la espalda tímidamente y luego un poco más insistentemente al ver que no se volvía. Cuando lo hizo tenía cara de mal humor.
-¿Qué?-me espetó y yo ignoré su tono y le contesté tranquilamente-¿A cuantos metros está el fondo desde el trampolín?
-No sé...-se quedó pensando. Se volvió de nuevo hacia el trampolín desde donde seguía tirándose la gente. Pensé que me había ignorado de nuevo y ya había levantado el dedo para volver a llamarle cuando se volvió hacia mi de nuevo. Sonrió un poco al ver mi dedo levantado, que me apresuré a bajar, pero su expresión neutra volvió a aparecer al instante- A unos cinco o seis metros ¿Por qué?-no le contesté a su pregunta directamente sino que le hice otra:
-¿Nunca ha pasado nada?¿Ningún accidente?-intenté explicarme para que no pensara que le tenía miedo a las profundidades-Quiero decir...allí abajo habrá plantas y eso ¿Nunca nadie se ha quedado enredado y no ha podido salir o ha llegado al fondo y no le quedaba aire? Está muy profundo...-la cara del español cambió radicalmente por un fugaz segundo a una expresión de sorpresa pero cuando me contestó que para eso estaban los socorristas y se volvió, cualquier rastro de emoción que hubiera podido expresar se había desvanecido. Las pocas personas que quedaban delante de mi fueron haciendo la prueba rápidamente y por fin llegó el turno del español. Justo antes de tirarse para nadar, se volvió hacia mi. En el momento en el que nuestros ojos se cruzaron, me dio un calambrazo en el cerebro y recordé su nombre. Sergio, se llamaba Sergio.
-No te preocupes por el fondo-me dirigió una sonrisa burlona-no llegarías ni aunque quisieras.-y se tiró con elegancia.
¿Pero quién se creía que era?¿Por qué no iba a poder llegar yo hasta el fondo?¿Por ser mujer? Pues se iba a enterar. La monitora me dijo que me preparara. Instintivamente miré a mi alrededor. Vi a Rebecca mirándome con una mueca de superioridad y también vi a Jason y a Max que me miraban extrañados. Les había echo daño ¿Quién se creía Rebecca para importunarme? En el mismo momento en el que me tiraba al agua me hice una promesa a mi misma. Iba a llegar al fondo del lago desde el trampolín para demostrar a todos que ella no era la novata estupida que todos creían, para desmostrarle a Rebecca que ella no era nadie, ni tampoco el español, para decirme que tenía que hacer, que era independiente y libre de ser quien yo quisiera y de hacer lo que yo quisiera. Hice los largos bien, con la determinación de quien tiene una misión que cumplir, apenas percibiendo lo que hacía. Me coloqué delante del trampolín, concentrándome todo lo que pude en el agua oscura que se extendía debajo de mi. Me preparé para saltar, tensando todos mis músculos. Pero, justo en el momento en el que mis gemelos estaban impulsandose hacia arriba oi una carcajada, una carcajada cruel y vengativa :Rebecca. Aquello me desconcertó y resbalé aunque casi no se notó porque estaba ya saltando. Sin embargo yo me vi caer al agua pesadamente y hundirme lentamente, casi sin gravedad, aguantando la respiración. Cuando tuve consciencia de que me habia resbalado empecé a patalear para intentar llegar a mi meta, el fondo, notando como la luz y mi oxigeno iban disminuyendo a la par y como la presión me producía un intenso pitido en mis oidos. Con la firme resolución de llegar al fondo empecé a marearme por la falta de aire, dejé de patalear para no necesitar más oxigeno y me hundí pesadamente recorriendo el tramo que me quedaba hasta el suelo de piedra y barro del fondo que casualmente no tenía muchas plantas.
Después todo sucedió muy deprisa. Terminé de acomodarme en el barro como en un sueño y justo en el momento en el que tocaba “tierra”, mi pie rozó algo tremendamente frío. De pronto, una especie de fogonazo, como un flash pero con más intensidad me cegó y dejé escapar mi última bocanada de aire inconscientemente, dejandome flotar, perdiendo el conocimiento y hundiendome en la oscuridad…. Golpeé la espalda musculosa que tenía delante de mi con un dedo tímido.
-Perdona-le dije-¿Qué hay que hacer?-el chico de delante se volvió. Era el español que me había ayudado el primer día.¿Cómo se llamaba?...Daba igual.
-Hola de nuevo-me dijo. Probablemente ya me habria saludado antes y yo no me habria enterado-¿No te has enterado?
-Eh...no... es que...tengo otras cosas en la cabeza-intenté excusarme porque su tono sonaba un poco impersonal, como si estuviera molesto o preocupado.
-Dos largos a braza, dos a espalda y dos a croll hasta aquella linea- me respondió señalándola- Y luego subes aquí otra vez, te tiras desde el trampolín intentando llegar lo más profundo que puedas-se dio la vuelta nada más terminar y se puso a observar fijamente a la gente que se tiraba desde el trampolín que tardaban bastante en salir. De pronto me dio un escalofrío. Volví a darle al español en la espalda tímidamente y luego un poco más insistentemente al ver que no se volvía. Cuando lo hizo tenía cara de mal humor.
-¿Qué?-me espetó y yo ignoré su tono y le contesté tranquilamente-¿A cuantos metros está el fondo desde el trampolín?
-No sé...-se quedó pensando. Se volvió de nuevo hacia el trampolín desde donde seguía tirándose la gente. Pensé que me había ignorado de nuevo y ya había levantado el dedo para volver a llamarle cuando se volvió hacia mi de nuevo. Sonrió un poco al ver mi dedo levantado, que me apresuré a bajar, pero su expresión neutra volvió a aparecer al instante- A unos cinco o seis metros ¿Por qué?-no le contesté a su pregunta directamente sino que le hice otra:
-¿Nunca ha pasado nada?¿Ningún accidente?-intenté explicarme para que no pensara que le tenía miedo a las profundidades-Quiero decir...allí abajo habrá plantas y eso ¿Nunca nadie se ha quedado enredado y no ha podido salir o ha llegado al fondo y no le quedaba aire? Está muy profundo...-la cara del español cambió radicalmente por un fugaz segundo a una expresión de sorpresa pero cuando me contestó que para eso estaban los socorristas y se volvió, cualquier rastro de emoción que hubiera podido expresar se había desvanecido. Las pocas personas que quedaban delante de mi fueron haciendo la prueba rápidamente y por fin llegó el turno del español. Justo antes de tirarse para nadar, se volvió hacia mi. En el momento en el que nuestros ojos se cruzaron, me dio un calambrazo en el cerebro y recordé su nombre. Sergio, se llamaba Sergio.
-No te preocupes por el fondo-me dirigió una sonrisa burlona-no llegarías ni aunque quisieras.-y se tiró con elegancia.
¿Pero quién se creía que era?¿Por qué no iba a poder llegar yo hasta el fondo?¿Por ser mujer? Pues se iba a enterar. La monitora me dijo que me preparara. Instintivamente miré a mi alrededor. Vi a Rebecca mirándome con una mueca de superioridad y también vi a Jason y a Max que me miraban extrañados. Les había echo daño ¿Quién se creía Rebecca para importunarme? En el mismo momento en el que me tiraba al agua me hice una promesa a mi misma. Iba a llegar al fondo del lago desde el trampolín para demostrar a todos que ella no era la novata estupida que todos creían, para desmostrarle a Rebecca que ella no era nadie, ni tampoco el español, para decirme que tenía que hacer, que era independiente y libre de ser quien yo quisiera y de hacer lo que yo quisiera. Hice los largos bien, con la determinación de quien tiene una misión que cumplir, apenas percibiendo lo que hacía. Me coloqué delante del trampolín, concentrándome todo lo que pude en el agua oscura que se extendía debajo de mi. Me preparé para saltar, tensando todos mis músculos. Pero, justo en el momento en el que mis gemelos estaban impulsandose hacia arriba oi una carcajada, una carcajada cruel y vengativa :Rebecca. Aquello me desconcertó y resbalé aunque casi no se notó porque estaba ya saltando. Sin embargo yo me vi caer al agua pesadamente y hundirme lentamente, casi sin gravedad, aguantando la respiración. Cuando tuve consciencia de que me habia resbalado empecé a patalear para intentar llegar a mi meta, el fondo, notando como la luz y mi oxigeno iban disminuyendo a la par y como la presión me producía un intenso pitido en mis oidos. Con la firme resolución de llegar al fondo empecé a marearme por la falta de aire, dejé de patalear para no necesitar más oxigeno y me hundí pesadamente recorriendo el tramo que me quedaba hasta el suelo de piedra y barro del fondo que casualmente no tenía muchas plantas.
Después todo sucedió muy deprisa. Terminé de acomodarme en el barro como en un sueño y justo en el momento en el que tocaba “tierra”, mi pie rozó algo tremendamente frío. De pronto, una especie de fogonazo, como un flash pero con más intensidad me cegó y dejé escapar mi última bocanada de aire inconscientemente, dejandome flotar, perdiendo el conocimiento y hundiendome en la oscuridad…

jueves, 17 de septiembre de 2009

Capitulo 4 parte 1

Capítulo 4
Lago

Jason y yo nos despedimos para ir a nuestras cabañas para recoger al toalla y nuestras cosas para el lago. Vimos a Max hablar muy animado con Diane que parecía un poco cortada y cruzamos una mirada: Jason de incredulidad y yo de suficiencia. Me dirigí hacia mi cabaña con un ánimo neutro pues estaba un poco preocupada por lo que creía haber percibido en los ojos de Jason aunque pronto decidí dejarlo y mi mente fue invadida por la idea de bañarme en el lago, de nadar. Entré en mi cabaña y cogí mi toalla y mis chanclas pues el bañador ya lo tenía puesto. Iba a salir cuando entró Rebecca como un vendaval, claramente enfadada y me agarró del brazo impidiéndome hacerlo.
-¡No vas a ir a ningún lado antes de oír algunas cositas!-me espetó. Yo me encogí, tal era la furia de sus palabras.-¿Quién te crees que eres, eh?¿La reina del lugar? Pues te equivocas porque esa soy yo-me soltó el brazo dejándome la marca de sus dedos y puso los brazos en jarras-No puedes llegar y empezar a desmontar mi pequeño reino porque sino te la cargas ¿me entiendes?-asentí con la cabeza. Me tenía completamente dominada y ella lo sabía-No quiero que vuelvas a juntarte con Jason y Max, especialmente con Jason ¿lo pillas? Jason es MÍO y no me gusta ese rollito de los amiguitos.
-¿No crees que deberias preguntarle su opinión?-intenté increparle pero la voz apenas me dejó-¿Tú crees que a mi me importa su opinión? Él va estar conmigo tarde o temprano, tanto si te gusta como si no. Así que aprende a someterte ya que has tenido la suerte ( o la desgracia para ti ) de ser mi compañera de habitación podemos ser muy buenas amigas o las peores enemigas si no lo haces y yo puedo conseguir que tu estancia aquí sea una pesadilla. Así que ya sabes- dijo cogiendo la toalla-mantente alejada de Jason-y salió. Me quedé estupefacta, tanto que me dejé caer en la cama con la boca abierta. Resultaba que Rebecca era una… una… no quería ni decirlo Ya me habían avisado pero había preferido no escucharlos. Pero ¿Qué podia hacer?. Presentía que la amenaza de Rebecca de hacerme la vida imposible no era un farol pero renunciar a mi recien estrenada amistad era más de lo que podía afrontar. Busqué otra opción. Quizá fingiendo por un tiempo distanciarme de Jason… pero no quería que se enfadara así que tenia que hacerle partícipe del conflicto. Miré el reloj. Tenia que estar en el lago así que salí corriendo, aun conmocionada por el suceso. Cuando llegué al lago ya estaban todos reunidos. Me di prisa en quitarme la ropa y me coloqué con el resto del grupo. Jason y Max me saludaron pero fingí no verlos y me situé en la otra punta, poniendo cuidado de no estar cerca de Rebecca. Oí algo de una prueba de natación pero me encontraba en un estado similar al trance y lo único que hice es seguir a los demás cuando se colocaron en una fila delante del agua. La proximidad del agua y su olor familiar me despertaron justo antes de que la monitora indicara al primer chico que comenzara. Por suerte, no estaba de las primeras en la fila de uno que habíamos formado y tenía tiempo de preguntar al de delante.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Capitulo 3 parte 5

-¡Ah eso!- soltó una risita burlona- Llevan casi desde que vinimos flirteando. Se llama Diane. Pero el bobo de Max no se atreve a dar el primer paso.-soltó otra risita- Creo que piensan que son discretos y que nadie se ha enterado.
Nos estuvimos riendo hasta que llegamos a la clase de Arte pero cuando vimos a Max que , “casualmente” estaba al lado de la pelirroja, nos dio otro ataque de risa que procuramos disimular aunque Max nos miró un poco molesto lo que hizo que prorrumpiéramos en sonoras carcajadas que nos conllevaron una reprimenda por parte de la profesora que les estaba anunciando que ibamos a poder dar la clase fuera. Fue una clase muy agradable .Lo que en teoría teniamos que hacer era un dibujo de un árbol que nos gustara pero la mayoría de la gente se puso delante de un árbol cualquiera y ni siquiera tocaron el papel. Nuestro “trío” hicimos lo mismo. Max no preguntó de lo que nos habíamos estado riendo porque probablemente ya lo sabía y volvió a ser prácticamente el de antes aunque en ocasiones no se unía a nuestras risas. Esto me hizo sentir muy mal y me apresuré a disculparme.
-No, no- me replicó- No es por que os rierais de mi. Ya estoy acostumbrado-añadió mirando significativamente a Jason. Su tono pretendía ser de broma pero sonaba demasiado apesadumbrado para que funcionara-Es que realmente me gusta esa chica. Se llama Diane ¿sabes? Y es genial. Pero me da vergüenza…-se fue callando progresivamente hasta lanzar un suspiro. Así que era eso. Un problema de amor. Mierda. Yo no podía dar consejos sobre eso porque no tenía experiencia asi que lo único que hice fue ponerle una mano en el hombro y decirle:
-No te preocupes. Todo va a salir bien-el consuelo me salió un poco impersonal pero a Max le cambió la cara de repente.
-Sí por supuesto que va a salir bien. Disculpadme-dijo levantándose y recogiendo su cuaderno en blanco-tengo algo que arreglar-se despidió lanzándome un guiño y pronunciando un gracias sin sonido.
-Por eso esta bien tener alguna amiga chica-dijo Jason que no había abierto la boca en todo el rato y que parecía sorprendido-Le he dicho la misma frase que tú al menos cien veces y no le ha hecho nada y ahora vas y se la dices tú y se levanta y se va todo contento-sacudió la cabeza confuso- no lo entiendo.
-No tienes porqué-dije haciéndome la importante-Tú no eres yo.
-Por suerte-dijo Jason entre risas a las que yo me sumé rápidamente. Jason era tan agradable, tan…cálido que me hacía sentirme bien constantemente. Algo interrumpió mis carcajadas cuando noté que nos estaban mirando. Giré mi cabeza y descubrí a Rebecca mirándome con odio, un odio que no supe interpretar y que me asustó. Me volví hacia Jason de nuevo que estaba haciendo un intento de dibujo no muy acertado lo que me produjo otro ataque de risa. Cuando se volvió hacia mi para ver de que me reía y nuestros ojos se encontraron, pude notar en ellos aquello que acaba de empezar a experimentar, la verdadera amistad pero también descubrí algo que antes no había percatado, algo oscuro que no pude descubrir pues Jason giró la cabeza bruscamente para volver a su dibujo ¿Qué era aquello?

Capitulo 3 parte 4

Parecia que en este lugar el Sol era un bien preciado y escaso. Me dirigí directamente a la mesa de Jason y Max a pesar de que en ella solo estaba Max y estaba hablando con una chica pelirroja que me sonaba mucho pero a la que no conseguía recordar. Me acerqué lentamente intentando no interrumpirles y me senté en una silla. Estaban hablando, muy bajo casi en susurros y yo no los podía oir asi que se me cruzó la idea peregrina de que quizás estuvieran hablando de mi ( aunque confiaba plenamente en Max, mis antiguos miedos renacieron por un instante) pero me apresuré a despejar esa idea de mi mente en cuanto apareció. Sin embargo carraspeé para hacerme notar y los dos se volvieron sorprendidos hacia mi, con sus caras ruborizadas como si les hubiera pillado haciendo algo malo. Por fin me acordé de la chica. Era la chica que estaba en la mesa en al que me había sentado el primer día.
-¡Oh! Hola Elena- me saludó Max pasándose la mano por la cabeza, azorado- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?- la chica pelirroja se iba retirando lentamente y murmuró una última despedida para apresurarse a coger la comida.-
-El suficiente para darme cuenta de que tu tienes algo con esa-le dije intentando que sonara burlón pero la opción de que estuvieran hablando de mi salió a flote y no lo conseguí del todo.
-¡Que va! Estábamos…-se interrumpió para inventarse una excusa-…hablando de lo que teniamos que hacer después. Como hoy hay sol y eso…-No le creí ni una pizquita pero lo dejé correr. Pensé en preguntarle a Jason. Si alguien sabia que pasaba entre ellos dos ese era él y sin duda me lo contaría.
-¡Sí, por fin sol!- dije cambiando de tema y pude ver como se relajaba-¿y que vamos a hacer hoy?
-Supongo que el programa normal- aun se le notaba azorado- aunque no estoy seguro porque esta todo mojado. Quiza solo hagamos lago.- para mi eso era suficiente. Estaba deseando meterme en el agua. Ya llevaba sin nadar cinco días y eso era un record para mi. La necesidad de agua me llevaba a ducharme todos los días dos veces pues me notaba tremendamente seca y notaba calambres en los brazos de no ejercitarlos.
En ese momento llegó Jason y los tres juntos nos apresuramos a coger la comida pues Jason había llegado más tarde y le habiamos estado esperando. Cuando pasamos al lado de la mesa de la chica con la que antes había estado hablando Max, me di cuenta de que este le lanzaba un guiño a la chica. Jason también debio de darse cuenta pues le oi soltar una risita, lo que me convenció de que él si que sabía lo que pasaba entre esos dos. Comimos como cada día, pero hoy nuestro nivel de carcajadas aumentó quizá por el ambiente del comedor que era contagioso.
Salimos del comedor y el Sol seguía brillando con intensidad por encima de nuestras cabezas. La primera clase que teniamos era Arte para nuestra decepción pues no ibamos a poder estar al aire libre. No se como perdimos a Max en la multitud que se repartía para ir a la diferentes clases y esto me presentó una buena oportunidad de preguntarle a Jason que sabia de lo del Max.

Capitulo 3 parte 3

Una pequeña vocecita en mi mente, aquella que me hacía desconfiar siempre me brindaba la idea de que quizá solo se hubieran acercado a mi por ser la novedad. Intenté ahogar esa idea enseguida tras su aparición y me costó menos de lo que solía. A lo mejor era porque cuando miraba a los ojos de Jason solo veía amabilidad y cuando miraba a los de Max descubría una camadería que yo por mi misma no habría podido conseguir ni en tres años. Eran MIS amigos. Pero verdaderos no solo como Claire y Michelle que servían para hacerme compañía sino también podía contar con ellos para otras cosas y eso me reconfortaba.
Pasaron tres días geniales pero sin nada especial que mencionar excepto que no dejó de llover no un segundo y por ello las actividades de exterior se suspendieron. La mayoría de la gente estaba aburrida cuando hacíamos talleres en el interior o nos dejaban más tiempo libre del habitual (eso me había dicho Jason pues yo no tenia con que comparar. Desde mi primer desayuno en el campamento el tiempo había ido en nuestra contra y no conocía la rutina normal) pero a mi no me digustaba pues podia pasar más tiempo con mis amigos. Jason y Max estaban todo el tiempo conmigo y cuando esto ocurria, la gente rara vez se nos unía en nuestras risas. Era increíble como nuestro vínculo había crecido tanto que intimidaba a los demás. Me intrigaba el por qué me habían elegido a mi para formar el grupo ya que eran muy sociables en las raras ocasiones en las que estábamos separados se relacionaban con todos. Las horas pasaban fugazmente desde que había comprendido que era la verdadera amistad.
La mañana del quinto día desde mi llegada al campamento amaneció con una tonalidad distinta de la que ya me había acostumbrado. Me desperecé y miré hacía la cama de Rebecca. Casi nunca estaba cuando yo me despertaba. A decir verdad casi nunca coincidíamos en la habitación y no habíamos hablado más que unas tres veces desde que llegué. Miré hacia el exterior esperando encontrar la fina capa de nubes grises de cada mañana pero en vez de eso descubrí un sol resplandeciente sobre un cielo azul perfecto sin una nube. Me quedé embelesada mirándolo como si nunca hubiera visto el sol ¡yo, que vivía en Baltimore!. Hoy podría nadar por fin en el lago, una idea que tenia en mente desde que vi aquel lago en el viaje. Me preparé corriendo, poniéndome el bañador debajo de la ropa para no tener que venir a cambiarme, confiando en que se mantuviera el sol al menos hasta mi segunda clase pues la primera era arte y después tenía lago. Salí corriendo hacia el comedor para compartir mi alegría con Jason y Max. La gente que se cruzaba llevaba la misma expresión de felicidad en la cara que la que me había devuelto mi reflejo en el espejo después de haber visto el sol.
-¿Adonde vas tan deprisa?- me dijo una voz detrás de mi que interrumpió mi carrera. Me di la vuelta. Era el español que me ayudó el primer día. Me sorprendió mucho verle ya que la primera y última vez que le había visto era la noche en que me ayudó. Eso era bastante raro pues en teoría los dos estábamos en al mismo grupo.
-¡Hola!-le saludé. Me sorprendió lo fluido que me salió como si le conociera de toda la vida-Hoy hace sol ¿eh?-le dije para comentar algo y a la vez responder a su pregunta.
-Si eso parece- respondió mirando pensativo al cielo-¿Te veo en el lago?- Eh…sí claro-respondí al darme cuenta que él también iría. Cuando se fue, seguí mi camino hacia el comedor pero a un paso normal. Me había dado cuenta de que no le había visto en ninguna de las clases de mi grupo pero tampoco le había visto cuando nos juntábamos todos los aventureros. Tal vez… no era un alumno de aventureros…a lo mejor ayudaba a los profesores… pero entonces ¿Por qué me había dicho que me veía en el lago?.Dejé mis cavilaciones en cuanto entré en el comedor pues el aura que reinaba era de tanta alegría que me desconcertó.

martes, 15 de septiembre de 2009

Capitulo 3 parte 2

-Sí-intenté sonreírle-al menos no me he caído-
-Por muy poco la verdad- se volvió a sentar y yo hice lo mismo. Parecía un chico agradable. Se volvió para presentar a su amigo- Me llamo Jason y éste de aquí es Max-presentó dándole un puñetazo flojo en el hombro. La chica sentada al lado de mi había interrumpido su conversación para mirarme pero se había apresurado a reanudarla con más intensidad, aunque su interlocutora nos miraba más a nosotros que a ella.
-Me llamo Elena- ensanché la sonrisa y esta vez no fue forzada. Me estaban ayudando a sobrellevar lo que yo pensaba que iba a ser mi mayor problema, hacer amigos.
-¿A que grupo vas?-me preguntó Jasón. Le miré extrañada nadie me había dicho nada de grupos.
- Nadie me lo ha dicho-respondí. Nada más decirlo, Jason se levantó de un salto y estuvo de vuelta en 15 segundos.
-Estás en aventureros 1, conmigo- su sonrisa se ensanchó y su voz parecía tener un matiz esperanzado.
-¿Y para qué sirven los grupos?-pregunté con curiosidad
-¿Es que nadie te ha explicado nada?- entre Jason y Max me explicaron el funcionamiento del campamento, todo lo que, en mi opinión, me deberia haber explicado Rebecca. Me explicaron que después de desayunar teníamos que seguir un planning de actividades entre las que se encontraban actividades en el lago, arte, ciencias de la naturaleza y supervivencia. También me contaron que estas actividades se hacían por grupos separados por las tardes y por las mañanas todos los aventureros se juntaban para hacer excursiones o actividades especiales. Además de hablar del campamento hablamos de nuestras vidas(bueno yo no hablé mucho más bien escuché). Jason era de Manhattan y Max de Ohio. Era el primer año que venian los dos y se habían echo muy amigos allí. Ellos habían venido para la temporada entera, es decir para los dos meses que duraba el campamento, y ya se conocían entre ellos bien.
-Por eso estábamos hablando antes sobre ti. Eres la novedad. Todo el mundo lo hace-me explicó Max.
-Vaya pues que bien- dije frunciendo el ceño. Ya me habían confirmado lo que necesitaba. Ya había notado que la gente al pasar me miraba y que cuchicheaban sobre mi a mi paso. Odiaba ser el centro de atención.- ¿Y no puedo hacer nada para evitarlo?
-Pasará. Durará un tiempo pero pronto pasará-me prometió Jason.
-Supongo-suspiré apenada- ¿Qué otro remedio me queda?
-¡Así me gusta!-dijo Jason bromeando ante mi tono apesadumbrado-¡Ante todo el optimismo!- y añadió mirando a nuestros platos llenos aún- Me parece que se esta quedando frío.
Comimos con ganas, con carcajadas entre bocado y bocado, con la atenta mirada de las dos chicas de nuestra mesa que ya apenas hablaban entre ellas y se limitaban a observarnos. Me hubiera gustado incluirlas en la conversación pero no me sentía mentalmente capaz. La conversación con Jason y Max fluía con ligereza y no me costaba ningún esfuerzo. Parecía cosa del destino que los conociera: las únicas personas con las que no hacía el ridículo. Salimos del comedor juntos, como si fueramos una pandilla de toda la vida. La gente solo se fijaba en mi, ellos pasaban completamente desapercibidos. Imaginaba las preguntas de sus pequeñas cabecitas:”¿Por qué ha llegado en la mitad de la temporada?” “¿Será maja?” “Seguro que es rara.. tiene una pinta…” y cosas por el estilo. Prefería ponerme siempre en lo peor aunque debía admitir que Jason y Max me habían hecho sentir muchísimo mejor y además en el segundo día

Apunte

Quiero especificar que el campamento Saint Nora´s Lodge esta inspirado en el Frost Centre Institute de Canadá, en la provincia de Ontario. Por ello algunas de las imagenes que publico corresponden a ese campamento aunque hay otra tomadas de otros lugares

Capitulo 3 parte 1



campamento Saint Nora´s Lodge

Capítulo 3
Amistad
Entré en la cabaña en silencio porque ya era medianoche y Rebecca estaba dormida. La habitación constaba de una litera y una cama individual. Rebecca dormía en la litera de arriba y yo en la cama individual. Supuse que este verano el campamento no tenia muchos alumnos y por eso sobraban camas. Abrí mi maleta en silencio y me fui al baño que compartíamos con Lilian y Vanessa a ponerme el pijama y a lavarme los dientes. Me tumbé en la que iba a ser mi cama durante el mes siguiente(que era sorprendentemente confortable) y a los escasos minutos me dormí. Tuve un sueño un tanto agitado. Al principio yo iba corriendo medio a oscuras entre cabañas perseguida por una figura negra que no conseguía distinguir. De pronto, de una esquina salió el chico español que me agarró de la mano y se unió a mi carrera, guiándome hasta el muelle. Saltamos de la mano al agua oscura y nos hundimos en la oscuridad. Cuando tocamos el suelo, un fogonazo muy intenso nos cegó y me desperté de golpe.
-Acabas de pegar un grito escalofriante- me dijo Rebecca recién salida de la ducha.
-Perdón...-bostecé desperezándome. Las afirmaciones respecto a ella de la noche anterior terminaron de despertarme-¿Qué hora es?-.
-Faltan diez minutos para desayunar si eso es a lo que te refieres-respondió mientras seguía vistiéndose.
-¡Mierda!-me levanté a todo prisa de la cama y corrí a ducharme. Cuando salí de la ducha descubrí que Rebecca ya se había ido asi que me apresuré a vestirme y a atusarme el pelo a toda prisa. No quería coger fama de tardona. Salí apresuradamente de la cabaña y seguí a los últimos rezagados como yo hasta el comedor. Aunque tuviera muy buena memoria, no habría sabido encontrar el camino de vuelta al comedor sola. El paisaje era muy distinto a como lo era a la luz de la luna. El verde estaba por doquier y no había ni un solo lugar que no tuviera luz. Había una batalla que aquel lugar ya había vencido, una barrera menos en mi resistencia hacia él. Aunque aún me quedaba lo peor, lo que peor se me daba, hacer amigos. Entré en el comedor. Casi todas la mesas estaban llenas, incluida la de Rebecca, que ni me dirigió la mirada cuando entré, justo lo contrario de lo que hizo todo el mundo, asi que fui a sentarme en una mesa en la que había un sitio. Me senté entre una chica de pelo ondulado y un chico de pelo rizado. La chica estaba muy ocupada hablando con otra chica pelirroja, también sentada en mi mesa que no le hacía mucho caso porque estaba mirándome con curiosidad, y dándome la espalda. El chico estaba hablando también con otro chico de pelo de punta pero al contrario que la chica sentada a mi lado, ambos me estaban mirando y murmurando. Tomé la decisión de empezar a socializar por ellos pero no me atrevía a hablar asi que me mantuve en silencio hasta que llamaron a mi mesa para desayunar. Cogí mi comida en la barra en la que la noche anterior había dejado el plato de comida y Jeff me saludó al servirme. Me dirigí a la mesa con cuidado de no tirar mi bandeja y conseguí mi propósito pero, como no, al ir a por el ketchup tropecé y estuve a punto de caerme.¿No os he dicho ya que todo lo que no quiero que me suceda me pasa?. Pues he aquí el ejemplo. Y fue mayor mi vergüenza porque el chico al lado del cual me había sentado estaba a punto de sentarse pero se levantó para ayudarme. Notaba como si todo el comedor me estuviera mirando aunque no fuera así.
-¿estás bien?-me preguntó el chico que me había ayudado.

Capitulo 2 parte 2


- Parece que tienes hambre-dijo una voz que me sobresaltó porque no me la esperaba
-sí es que he hecho un viaje muy largo y no he comido apenas nada...-le contesté titubeante
-No tienes porque excusarte. Ven intentare conseguirte comida.
La miré como una tonta, agradeciéndole con cada célula de mi piel la amabilidad, no solo porque tuviera un hambre voraz(que la tenia)tambien porque deseaba un empujoncito para empezar a relajarme.Al fin y al cabo esto solo era un campamento y iba a pasar en él un mes.Seguí a Rebecca entre cabañas que parecian exactamente iguales(y lo eran excepto por los inquilinos y un pequeño numero en la puerta) hasta que llegamos a un edificio que se encontraba al lado del que yo me habia bajado del autobus.
Rebecca entró en lo que parecía un comedor y se dispuso a llamar al cocinero:
-¡¡Jeff!!-un señor con aspecto desaliñado y entrado en carnes salió sobresaltado de entre las cazuelas.
-Jovencita, no hace falta que grites no estoy tan sordo-y añadió reparando en mí-tu debes de ser la nueva la que a venido a destiempo-se acercó a mi limpiandose una mano en el delantal para despues tendermela
-Hola soy Elena-respondí con timidez estrechandosela
-Jeff, Elena a hecho un viaje muy largo y le gustaria comer algo
-¡Por supuesto!Creo que aún queda algo de pollo de la cena.Pero no te acostumbres.La cena es a las 7.
-Sí,sí por supuesto-me apresuré a contestarle para convencerle de que esto era una situación extraordinaria.
Jeff se marchó a por mi comida renqueando y murmurando para sí y yo me senté en una silla.
-Bueno pues yo me voy-se despedió Rebecca de repente. Había imaginado que tendría la amabilidad de quedarse esperando pero al parecer estaba equivocada. Intenté suavizar mi expresión de sorpresa preguntando:
-¿y cómo voy a saber llegar a la cabaña?
-Es fácil. Tan solo tienes que torcer a la derecha en la cabaña 147 y luego a la izquierda en la 345. Además,si te pierdes, siempre puedes preguntarle a alguien.-y se fue. Yo me quedé allí sola, esperando a que Jeff me trajera la comida,que no tardó mucho. El comportamiento de Rebecca me había parecido muy maleducado. Quizá no le había caido bien pero por educación creia que se tendría que haber quedado a esperame. Me parecía que Rebecca era el prototipo de chica popular allí por donde va ,egocéntrica y sin escrúpulos que no se preocupaba por nadie excepto por si misma.Exactamente el prototipo de personas que yo odiaba. Aún era pronto para juzgarla. Supuse que con el tiempo sabría como era realmente.
Mastiqué lentamente el pollo, difrutando de la sensación de saciar el hambre que sentía. Estaba verdaderamente rico. Me había quedado completamente sola en el comedor y no se veia a Jeff por ningún lado así que dejé el plato en una especie de barra y grité un adiós para que no me tomara por maleducada antes de salir a la oscuridad de la noche.
Eran cerca de las once y media de la noche y las únicas luces que se veían eran las que pronto dejé de ver procedentes del edificio principal. Comencé a internarme entre cabañas, volviendo la cabeza para todos los lados buscando con la mirada la cabaña que me habia dicho Rebecca, que creía que era la 137 pero no estaba muy segura. Esperaba no tener que llegar a preguntar a nadie pues intentaba retrasar el momento de socializar con los demás campistas lo máximo posible. Llevaba un rato vagabundeando sin rumbo, tan agotada por el largo viaje que apenas me sostenía, cuando oí un ruido a mi espalda. Me dí la vuelta sobresaltada para descubrir un chico de unos 17 años, pelo moreno y revuelto, ojos marrones y vestido tan solo con unos pantalones de chándal detrás de mi, mirándome con una mezcla de burla y amabilidad.
-¿Buscas algo?-me preguntó y para mi sorpresa descubrí que hablaba con un marcado acento español. Intenté mirarle a la cara pero su torso era tan musculoso que era difícil. Me pregunté si tenía frío.
-Yo...bueno...-titubeé. En momentos como estos odiaba ser yo- ...creo que me he perdido-acabé por admitir.
-Yo también lo creo porque ésta es la zona de las cabañas de chicos-parecía que intentaba no reirse. S e acercó a mi tendiéndome la mano- Soy Sergio
-Yo Elena –contesté estrechándosela e intentando por todos los medios que no se me fueran los ojos-soy la nueva.
-Lo suponía-esbozó una sonrisa- asi que te has perdido
-Normalmente tengo buena orientación pero no he visto el campamento de día ni me han explicado nada-intenté inventar una excusa para la situación
-¿Quién es tu compañera de habitación?
-Rebecca
-Entonces no me extraña-suspiró-ven conmigo te acompañaré a tu cabaña-.Echó andar con paso seguro y me apresuré a seguirle. Me habia quedado pensando en lo que habia dicho de Rebecca. ¿Me había tocado una mala compañera de habitación?
-¿Qué es lo que has dicho antes de Rebecca?-le pregunté con timidez
-Depende de con quien te relaciones tiene buena fama o mala-respondió sin dejar de andar
-Así que la gente con la que te relacionas piensan que no es una buena persona...
-Algo así
-Vaya...-solo pude responder. Parecía que había acertado de lleno con mi valoración. Rebecca era la tipica reina del lugar con unos pocos amigos y muchos enemigos. Me propuse intentar ser una de sus amigas por muy difícil que eso fuera. De pronto nos detuvimos frente a una cabaña que identifique como la mía por los nombres de la puerta. Memoricé el número para otro posible caso como este.
-Muchas gracias- le dije realmente agradecida al chico español.
-De nada. Se que es difícil el primer día-respondió con una sonrisa
-Ni que lo digas...-ahogué un bostezo- bueno hasta mañana
-Hasta mañana-me respondió con un tono que identifiqué como compasivo, como si me tuviera lástima por algo.

Capitulo 2 parte 1

campamento paisaje aéreo

otro paisaje aéreo



Capítulo 2
Llegada
El autobús se paró enfrente de lo que parecía el edificio central donde había un montón de curiosos que parecían estar esperándome. Me dirigí hacia la salida del autobús temblando.
-Espero que disfrutes aquí-me dijo el conductor con una sonrisa amable
- Seguro- le respondí con voz débil intentando aparentar felicidad pero por la expresión del conductor no lo conseguí
Cuando me bajé del autobús intenté no mirar hacia las personas que tenían sus ojos puestos en mi y saqué la maleta intentando aparentar tranquilidad. Después no tuve más remedio que volverme hacia ellos sin saber adónde ir. Noté movimiento entre la gente y señor de unos cuarenta años se abrió paso entre la gente y se dirigió a mi directamente.
- Disculpa, disculpa - dijo para abrirse paso-¡hola Elena!¿ porque supongo que serás tú no?
- Sí soy yo-le respondí con timidez
- Me llamo a Anthony. Soy el director de Saint Nora´s Lodge Camp y estamos encantados de tener que aquí
- ... Muchas gracias. Yo también estoy encantada de estar aquí- mentí con una bellaca por segunda vez en pocos minutos pero esta vez si que coló.
- Y lo estarás mucho más porque todo va a ser genial- y añadió dirigiéndose a la gente que estaba mirando-¿y vosotros qué hacéis aquí?¡ volved al comedor o donde sea que tengáis que ir!¡ vamos, vamos!- dijo empujándoles cariñosamente- usted señorita acompáñeme por favor- añadió dirigiéndose otra vez a mi.
Caminamos entre cabañas mientras me informaba de la programación del campamento. Mañana por la mañana miraría en que el grupo me había tocado. Teníamos clases de arte, natación en el lago, supervivencia en el bosque, canoa y algunas actividades más. La programación normal se seguía del lunes a jueves. los viernes era nuestro día libre y los sábados y los domingos hacíamos excursiones o programaciones especial.
- Ya hemos llegado. Esta será tu cabaña durante tu estancia aquí- dijo Anthony señalando la cabaña que teníamos enfrente. La cabaña estaba dividida en dos partes. en la puerta de la derecha ponía dos nombres: Lilian y Vanessa, y en la de la izquierda otros dos :Rebecca y Elena. Por un momento caía en un ataque de pánico. no había pensado que tuviera que compartir habitación, es más había pensado que la habitación iba a ser el único lugar en el que podría estar sola. Anthony, ignorando mi debate interior, llamó suavemente a la que iba a ser mi puerta durante un mes y desde dentro se oyó una voz suave diciendo:
-¡ pasa!
Mi compañera de cuarto era todo menos lo que se decía normal. Era rubia, con un toque castaño, y muy guapa. Llevada el pelo recogido en una coleta suelta y sus rizos se desplomaban sobre su espalda. Me miró con una cara y desprecio como diciendo que yo no debería estar aquí. Por su aspecto parecía la típica clase de persona que sólo piensa en si misma.
-bueno pues aquí esta tu compañera de cuarto. Rebecca te presento a Elena.-Ella se inclinó hacia mí para saludarme pero con un gesto rígido, como si lo estuviera haciendo por obligación cuando me dio dos besos note claramente su resistencia.
-Pues yo ya me voy-dijo Anthony-tengo un campamento que gobernar. Buenas noches- se despidió esbozando una sonrisa que yo intenté devolverle sin mucho éxito aparente.
Cuando Anthony se marchó, nos sumimos en un incomodo silencio, al menos para mi, que intenté ocupar desempaquetando mis cosas y poniéndolas en un armarito al lado de mi cama. Para mi enorme vergüenza el silencio que tan cuidadosamente estaba custodiando se rompió por el sonido de mi estomago.

Capitulo 1 parte 3

Pronto dejamos atrás Baltimore, aunque su periferia duró un poco más de lo esperado. El paisaje cambió para dar lugar a grandes campos de cultivo organizados en cinturones agrarios. Parecía en un verdadero mar dorado lo que me hizo recordar el mar , el verdadero mar. Supuestamente el campamento al que iba no estaba cerca del mar pero sin embargo estaba a la orilla de un gran lago en el que posiblemente nos dejaría nadar. No me gustaban nada los fondos arcillosos de los lagos o ríos, de esos que pisar te hundes, pero supuse que al cabo de un mes me acabaría acostumbrando. Saqué un libro de mi bolso. Me estaba releyendo Memorias de Idhun, un libro que había adquirido por Internet al enterarme de que tenía mucha fama en España. Excepto algunos libros actuales prefiero la buena literatura clásica y el romance paranormal. Abrí el libro por dónde iba y me sumergí en la lectura. Estuve leyendo una o 2 horas y habría seguido más de no ser porque mi tripa se quejó de hambre. Cerré el libro y me comí un bocadillo que me había traído. Pensé en que era lo peor que podía pasar. lo peor es que todos me marginaran pero existía una mínima posibilidad de que pudiera hacer amigos sin que el resto de mi vida influyera. ya llevaba por lo menos 4 horas de viaje. Después de comer me entró sueño y casi sin darme cuenta me quedé dormida. Soñé con un mar verde. Yo viajaba a la deriva sobre mi maleta y de repente el mar verde pasaba a ser rojo. Cuando me desperté ya había oscurecido así que supuse que me había quedado dormido unas 3 horas o más. Recordaba vagamente el sueño pero después de que el mar cambiara de color no me acordaba de más me levanté para estirarme y de paso a preguntarle al conductor que cuántas horas quedaban. En el camino me di cuenta que de los diez pasajeros que éramos quedábamos tan sólo dos, una anciana y yo. No quedaba mucho apenas 2 horas. Cuando volví a mi sitio observé que el paisaje había cambiado radicalmente en vez de campos de cultivo ahora había un extenso bosque que extendía a ambos lados de la carretera y que hacía que la oscuridad fuera un mayor .De pronto un pueblecito salió de la nada. el autobús paró a la entrada del pueblo y la señora que seguía en el autobús se bajó allí . Parecía un pueblecito agradable apenas con veinte casas. Pensé que me gustaría visitarlo. Proseguimos nuestro viaje entre una especie de cañon verde formado por los árboles. El conductor tuvo la consideración de ponerme una película, cantando bajo la lluvia, y la vi hasta que se terminó.
-¡eh tú! quedan sólo 10 minutos-me avisó al conductor. De pronto toda la tensión que había intentado retener me hizo 1 nudo en el estómago. Las manos me empezaron a sudar y me empezaron a temblar las rodillas. Dentro de tan sólo 10 minutos tendría que enfrentarme a una horda de desconocidos y utilizar mis patéticos intentos de hacer amigos. El autobús giro es una curva inexistente internándose aún más en el bosque. Eran aproximadamente las ocho y media de la tarde y el bosque parecía muy amenazador. De improviso, en los que se abrió para dejar paso a una explanada verde lleno de pequeñas cabañas y un par de edificios grandes.

Capitulo 1 parte 2

Mis amigas no eran en realidad mis confidentes ni las quería los suficientes como para contar con ellas en cualquier momento,realmente no me hacian falta . Sí, de vez en cuando me hacían compañía pero no las necesitaba como algunas compañeras de mi clase que necesitaban a sus amigas hasta para ir al baño. no sentía ningún verdadero amor por nadie y lo más parecido al cariño que se sentía era el aprecio que les tenia a mis padres. nada me retenía aquí excepto el paisaje y el mar, al que adoraba.
Empecé a comer mi beagle despacio. Sabia que mi madre lo había hecho a propósito para que les perdonara o al menos para no estar un mes sin verme y saber que estaba enfadada pero me quedaban por delante 10 horas de viaje y no pensaba morirme de hambre. Mientras comía mi madre me miraba con tristeza. De vez en cuando abría la boca como si fuera decir algo y después la cerraba. Al fin rompió el silencio:
-Elena, sabes que es por tu bien-dijo solamente. Me contuve para no responder. Habíamos tenido esta conversación miles de veces. que si era por mi bien, que si me iba a ayudar a hacer amigos, que si iba aprender mucho, bla bla bla. ¿ y qué?
-Elena por favor dí algo-me rogó mi madre
-¿ y que quieres que te diga?- intenta responder en un tono tranquilo-¿ que estoy encantada de ir?¿ quieres que te mienta a la cara?
- no , pero...-

-¿ pero que? entonces no puedo decirte nada porque no sería verdad- la calma que intentaba aparentar se había esfumado - estoy harta de que tomen decisiones que me conciernen sin preguntarme ni siquiera mi opinión. tengo dieciseis años ya es hora que conteis un poco conmigo sobre todo lo que se refiere a mi vida.
La verdad es que un día me dijeron que iba a ir a un campamento pero no me preguntaron ni nada simplemente me lo afirmaron. A partir de ahí nada hizo cambiar su opinión y al final acabé por resignarme. aún así no había dejado de luchar ni siquiera ahora que quedaba apenas 2 horas para irme.
-¡ Elena Mary Garywell! ¿cómo te atreves a hablarme en ese tono? tienes que aceptas las decisiones de tu padre y mías aunque no te guste el.¡ aún ni siquiera eres mayor de edad!.
ahora venía lo de las excusas para poder mandar sobre mi. me tragué lo que quedaba del desayuno y subí habitación dándole la espalda a mi madre, que seguía diciéndome que volviera. Por la escalera me crucé con mi padre que al verme con expresión malhumorada tan sólo me dijo buenos días. Al llegar a mi habitación cerré de un portazo. Terminé de meter las últimas cosas que me faltaban en la maleta maldiciendo entre dientes. También me tomé la libertad de meter algunas cosas que en teoría no debería llevar a un campamento como por ejemplo un móvil, un dvd portátil ,algunas películas y algunas gominolas un poco como venganza por obligarme a ir. Me senté en la cama mirando hacia el frente, hacia un cartel pequeño que tenía colgado en la pared en el que estaba escrito mi nombre y su historia. Ese cartel no le había regalado mi padre cuando tenía cinco años y lo había escrito el de su puño y letra ya que era periodista y le gustaba escribir. Mi nombre completo es Elena Mary Garywell. Me llamo asi por varias razones: mi padre es español y al nacer yo quería llamarme Elena pero mi madre, que es cubana también quería ponerme en nombre de su familia, Mary, así que al final me pusieron los dos. Sin embargo mi apellido es inglés debido a que mis padres decidieron ponerme primero el apellido de mi madre y después el de mi padre como compensación de que mi primer nombre fuera el elegido por mi padre y el segundo el elegido por mi madre. En mi casa se habla casi todo el rato castellano por lo que soy bilingüe ya que hablo perfectamente también en inglés. Mis padres decidieron venirse a Baltimore después de vivir 4 años en España y 2 en Cuba. Eligieron precisamente este sitio porque mis abuelos maternos viven aquí aunque la verdad es que la familia de mi madre esta esparcida por todo EEUU y Cuba.
-¿ Elena?- llamo mi padre con suavidad a la puerta- es hora de irnos.
Terminé de cerrar la maleta y cogí mi equipaje de mano, un pequeño bolso. Mi padre me ayudó a bajar la maleta por las escaleras y le ayudé a ponerla en el maletero. Mi madre salió despedirme y después de decir las típicas frases de despedida( portate bien, pasatelo bien, ten cuidado...) ,a las que respondí con una mirada de completa indiferencia, nos montamos en el coche y mi padre es condujo hasta la estación de autobuses. Yo tenía que coger un autobús a las once y llegábamos con un margen de tiempo muy justo. Cuando llegamos al anden de mi autobús, me llevé una decepción. Creía que iban a estar allí Michelle y Claire ya que le había dicho que me iba. Sin embargo me recompuse rápidamente y , tras despedirme de mi padre, me apresuré a colocar la maleta en el maletero del autobús y elegir un buen sitio junto a la ventana. No es que hubiera pocos sitios. el autobús estaba prácticamente vacío con excepción de unos diez pasajeros entre los que no se encontraba ningún joven que pareciera ir un campamento por lo que supuse que todos los pasajeros se bajarían en las distintas paradas que íbamos a hacer. Cuando el autobús arrancó, me despedí de mi padre agitando la mano y mi arellané en mi incómodo asiento para pasar el viaje lo más confortablemente que pudiera.

Capitulo 1 parte 1


Capítulo 1
Elena
" Ese maldito despertador " bostecé malhumorada " apenas he dormido unas horas ". Me desperecé y me froté los ojos. Como todas las mañanas me levanté y me miré mi espejo mi cabello normalmente ondulados parecían un nido de cigüeñas. Intenté alisarlo sin ningún resultado. Mis ojos castaños me revolvieron una mirada soñolienta. Me estiré e intente no pensar en el día que me esperaba. Miré hacia la maleta que reposaba al lado de mi cama y llena hasta rebosar. " La que me espera " me lamenté interiormente con una mueca. Mis padres habían decidido mandarme a un campamento de verano en Canadá. Eso significaba unas 10 horas de autobús desde Baltimore, donde vivo. Y no me mandaban una semana, no, me mandaban en mes entero a un campamento perdido en medio del bosque. Me habrían intentado convencer de que era lo mejor para mí pero yo no iba a caer en eso. Adoro la civilización. Me encanta a vivir en Baltimore. Me encantan sus tiendas, sus calles y sobre toda su playa. Adoro un buen paseo que termine en un baño de sol. Voy a un instituto público cerca de la playa por lo que de vez en cuando me escapaba para darme un baño. Aún así los profesores no se quejaban porque saco buenas notas. Apenas tengo amigos pero eso no me preocupa. Me consideran demasiado rara como para ser normal aunque yo pienso que no hay nada de raro en que te guste la música clásica, las películas Gore o leer ciencia-ficción. Mis únicas amigas se llaman Claire y Michelle, ambas góticas y con gustos extraños. Formamos el grupo de los freakies. Ellas dos están mas unidas y yo voy más a mi bola. Se podría decir que soy una persona solitaria. No necesita un la compañía de gente para pasármelo bien. Me visto mientras libero la mente del estrés que me ha impedido dormir pensando que aún me quedan varias horas de autobús para enfrentarme a un montón de desconocidos dispuestos a hacer fracasar mis intentos de amabilidad. Y es que no se me era muy bien hacer amigos( una de las razones por las que soy una persona solitaria). Todo esto lo cuento por que es la principal razón por la que mis padres me mandan al campamento. Piensan que con dieciséis años debería tener mayor vida social y con este acto intentan ampliar mi campo de actuación. Como si fueran a tener suerte. Hiciera lo que hiciera nunca iba a ser aceptada. Era como un defecto natural.
¡ Elena!- me llamó mi madre desde abajo. A regañadientes me vestí con ropa ligera ya que es un verano inusualmente cálido. Elegí ropa que sabía que no me pondría en el campamento: una falda y una camiseta de tirantes. Me recogí mi pelo castaño en una coleta y bajé a desayunar con cara de malas pulgas. Miré a mi madre con enfado cuando pase al lado de ella. Su piel tostada es la del mismo color que la mía, por nuestra ascendencia cubana. Sin embargo, aunque apreciaba a mis padres, odiaba lo que me habian hecho y me sentía traicionada. Verdaderamente no sentía ningún aprecio por nadie lo suficientemente poderoso para quedarme en Baltimore y sabían que en algún momento me iría de aquí, lo que se preguntaban era porque no me había ido todavía. La verdad es que Baltimore tenia muchas cosas que me gustaban y lo único que me frenaba(aparte de mi inexperiencia en viajes y que no me sentía tan independiente como para viajar sola con 16 años)era el mar. Mis padres lo sabían e intentaban retrasar el momento de la partida mandándome a este campamento.

Introducción


Hola soy Paula y he hecho este blog principalmente para poder publicar el libro que estoy escribiendo ya que no voy a poder publicarlo en una editorial.Creo que pertenece al género de romance paranormal, tipo Crepúsculo, pero tiene más acción y suspense.


NATURALEZAS PELIGROSAS

Elena es una chica de Baltimore no muy sociable que viaja hasta Canadá a un campamento de verano. Allí conocerá a Jason, Max y a Diane que le enseñaran lo que signifa¡ica la palabra amistad y también conocerá a Rebecca, su compañera de habitación sin escrúpulos. Cuando un extraño accidente le otorga unos extraños poderes empezarán a pasar cosas muy extrañas en el campamento Sant Nora´s Logde. Contará con la ayuda de Sergio un chico español que tiene muchos secretos que guardar...