martes, 15 de septiembre de 2009

Capitulo 2 parte 2


- Parece que tienes hambre-dijo una voz que me sobresaltó porque no me la esperaba
-sí es que he hecho un viaje muy largo y no he comido apenas nada...-le contesté titubeante
-No tienes porque excusarte. Ven intentare conseguirte comida.
La miré como una tonta, agradeciéndole con cada célula de mi piel la amabilidad, no solo porque tuviera un hambre voraz(que la tenia)tambien porque deseaba un empujoncito para empezar a relajarme.Al fin y al cabo esto solo era un campamento y iba a pasar en él un mes.Seguí a Rebecca entre cabañas que parecian exactamente iguales(y lo eran excepto por los inquilinos y un pequeño numero en la puerta) hasta que llegamos a un edificio que se encontraba al lado del que yo me habia bajado del autobus.
Rebecca entró en lo que parecía un comedor y se dispuso a llamar al cocinero:
-¡¡Jeff!!-un señor con aspecto desaliñado y entrado en carnes salió sobresaltado de entre las cazuelas.
-Jovencita, no hace falta que grites no estoy tan sordo-y añadió reparando en mí-tu debes de ser la nueva la que a venido a destiempo-se acercó a mi limpiandose una mano en el delantal para despues tendermela
-Hola soy Elena-respondí con timidez estrechandosela
-Jeff, Elena a hecho un viaje muy largo y le gustaria comer algo
-¡Por supuesto!Creo que aún queda algo de pollo de la cena.Pero no te acostumbres.La cena es a las 7.
-Sí,sí por supuesto-me apresuré a contestarle para convencerle de que esto era una situación extraordinaria.
Jeff se marchó a por mi comida renqueando y murmurando para sí y yo me senté en una silla.
-Bueno pues yo me voy-se despedió Rebecca de repente. Había imaginado que tendría la amabilidad de quedarse esperando pero al parecer estaba equivocada. Intenté suavizar mi expresión de sorpresa preguntando:
-¿y cómo voy a saber llegar a la cabaña?
-Es fácil. Tan solo tienes que torcer a la derecha en la cabaña 147 y luego a la izquierda en la 345. Además,si te pierdes, siempre puedes preguntarle a alguien.-y se fue. Yo me quedé allí sola, esperando a que Jeff me trajera la comida,que no tardó mucho. El comportamiento de Rebecca me había parecido muy maleducado. Quizá no le había caido bien pero por educación creia que se tendría que haber quedado a esperame. Me parecía que Rebecca era el prototipo de chica popular allí por donde va ,egocéntrica y sin escrúpulos que no se preocupaba por nadie excepto por si misma.Exactamente el prototipo de personas que yo odiaba. Aún era pronto para juzgarla. Supuse que con el tiempo sabría como era realmente.
Mastiqué lentamente el pollo, difrutando de la sensación de saciar el hambre que sentía. Estaba verdaderamente rico. Me había quedado completamente sola en el comedor y no se veia a Jeff por ningún lado así que dejé el plato en una especie de barra y grité un adiós para que no me tomara por maleducada antes de salir a la oscuridad de la noche.
Eran cerca de las once y media de la noche y las únicas luces que se veían eran las que pronto dejé de ver procedentes del edificio principal. Comencé a internarme entre cabañas, volviendo la cabeza para todos los lados buscando con la mirada la cabaña que me habia dicho Rebecca, que creía que era la 137 pero no estaba muy segura. Esperaba no tener que llegar a preguntar a nadie pues intentaba retrasar el momento de socializar con los demás campistas lo máximo posible. Llevaba un rato vagabundeando sin rumbo, tan agotada por el largo viaje que apenas me sostenía, cuando oí un ruido a mi espalda. Me dí la vuelta sobresaltada para descubrir un chico de unos 17 años, pelo moreno y revuelto, ojos marrones y vestido tan solo con unos pantalones de chándal detrás de mi, mirándome con una mezcla de burla y amabilidad.
-¿Buscas algo?-me preguntó y para mi sorpresa descubrí que hablaba con un marcado acento español. Intenté mirarle a la cara pero su torso era tan musculoso que era difícil. Me pregunté si tenía frío.
-Yo...bueno...-titubeé. En momentos como estos odiaba ser yo- ...creo que me he perdido-acabé por admitir.
-Yo también lo creo porque ésta es la zona de las cabañas de chicos-parecía que intentaba no reirse. S e acercó a mi tendiéndome la mano- Soy Sergio
-Yo Elena –contesté estrechándosela e intentando por todos los medios que no se me fueran los ojos-soy la nueva.
-Lo suponía-esbozó una sonrisa- asi que te has perdido
-Normalmente tengo buena orientación pero no he visto el campamento de día ni me han explicado nada-intenté inventar una excusa para la situación
-¿Quién es tu compañera de habitación?
-Rebecca
-Entonces no me extraña-suspiró-ven conmigo te acompañaré a tu cabaña-.Echó andar con paso seguro y me apresuré a seguirle. Me habia quedado pensando en lo que habia dicho de Rebecca. ¿Me había tocado una mala compañera de habitación?
-¿Qué es lo que has dicho antes de Rebecca?-le pregunté con timidez
-Depende de con quien te relaciones tiene buena fama o mala-respondió sin dejar de andar
-Así que la gente con la que te relacionas piensan que no es una buena persona...
-Algo así
-Vaya...-solo pude responder. Parecía que había acertado de lleno con mi valoración. Rebecca era la tipica reina del lugar con unos pocos amigos y muchos enemigos. Me propuse intentar ser una de sus amigas por muy difícil que eso fuera. De pronto nos detuvimos frente a una cabaña que identifique como la mía por los nombres de la puerta. Memoricé el número para otro posible caso como este.
-Muchas gracias- le dije realmente agradecida al chico español.
-De nada. Se que es difícil el primer día-respondió con una sonrisa
-Ni que lo digas...-ahogué un bostezo- bueno hasta mañana
-Hasta mañana-me respondió con un tono que identifiqué como compasivo, como si me tuviera lástima por algo.

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